En 1976, con 6 meses de edad, a Jorge Portela le diagnosticaron 8 dioptrías de hipermetropía. De su deficiencia, nació su pasión por las gafas que determinaría su oficio, óptico,  y su destino, buscador de gafas con historia.

   Harto de la escasez de oferta y de las imitaciones baratas de diseños inmortales, un buen día de 2011, decidió vender las gafas que había ido encontrando por el mundo y rescatando del paso del tiempo, e ideó GafaVintage, un viaje a los años 50, al comienzo de todo, como indica su lema, “In the Beginning. Back in 1955”, en la época en la que nace el Rock’n’Roll y las primeras gafas de fabricantes de alta costura que permitieron a miles de miopes e hipermétropes convertir su defecto visual en una suerte al lucir gafas que ahora son clásicos. Desde entonces, Portela con la ayuda de su amada Sandy Moragón (en marketing y prensa) sigue saliendo en busca y captura de incunables piezas codiciadas y las pone a la vista de aquellos que, con o sin dioptrías, eligen no solo un cristal con el que mirar, sino también un envoltorio para brillar como nunca.

   A los 2 gallegos -a los que se les ha pegado el acento madrileño del barrio de Pacífico-, les encantan los modelos raros, freaks o de fabricantes poco conocidos de Francia, Bélgica, Alemania o Japón como Franz Ruzicka o Matsuda, que ya en su época se habían adelantado a su tiempo; pero también clásicos como Armani o Bausch & Lomb,  diseños americanos de los 50, las extravagancias de Silhouette de los 70, las maravillosas Lacroix de los 80 y el excesivo rococó del Versace de los 90. Vamos, que no les faltaría gafa que llevar, fuese la época que fuese. Aunque, de tener que elegir, Jorge lo tiene claro, se quedaría con los años 50, la década por excelencia: por su diseño, cultura, moda, música, los automóviles, las Jukeboxes, la tipografía, la publicidad y… y… y… por la primera Ray Ban Wayfarer (que hoy sigue siendo un best seller), por Buddy Holly que alcanzó el estrellato portando unas gafas de pasta, y por Marilyn Monroe que popularizó las Cat eye en “Cómo casarse con un millonario”. Menos mal que Sandy es más ochentera y compensa la balanza a la hora de ofrecer un material lo más ecléctico posible.

   De material variado e impoluto, ninguna pieza es de segunda mano y aquí es donde marcan la diferencia. Todas sus gafas son “vírgenes” y han estado guardadas esperando a su legítimo dueño. Ni si quiera ellos las prueban porque sería faltar al respeto a sus clientes. Así logran algo tan difícil como que sus compradores estrenen vintage y sean los primeros en llevar auténticas obras de arte o piezas con historia.

   Sin embargo, todavía hay preciados modelos que se les resisten como la gafa que Larry Leight, creador de la marca Oliver Peoples, diseñó para Andy Warhol; las Ray Ban aviador de oro o las Matsuda de “Terminator”. Y otras que, al tenerlas por fin entre sus manos, saben que nunca las soltarán como las Persol de Bruce Lee y las Play Boy del músico Bobby Womack, dos referentes, junto a los actores Audrey Hepburn, Michael Caine, Grace Kelly o Steve McQueen del estilo anteojeril del último medio siglo. Verdaderas joyas en sí mismas que a veces valen literalmente su peso en oro, como las Bugatti Gold & Palladium o piezas Maserati, Cartier o Fred. Sin hablar de las francesas y americanas de los 50 y 60, cuya trascendencia cultural o de (r)evolución en el diseño supera con creces cualquier quilate.

   La gafa no será el espejo del alma pero sí del estilo personal de cada uno y un buen óptico debe saber cuál es el modelo perfecto sólo con ver al cliente. Portela, se ha criado y ha estudiado entre lentes, lentillas, frontofocómetros y gabinetes de graduación, lo que le aporta un background importante en cuanto a fabricantes, marcas, materiales o diseños y sobre todo una perspectiva superior sobre el tipo de gafa que favorece a cada persona. Hay 2 factores clave, la fisionomía y la personalidad, y la balanza entre los 2 debe estar equilibrada. De hecho, su deformación profesional le lleva a reconocer a la gente por las gafas. En cuanto al estilo oftálmico en España, confiesa que nos queda un rato hasta igualarnos a los grandes fanáticos de los anteojos como son los italianos, franceses o japoneses, pero poco a poco nos vamos desmelando.

   Y, ahora, la pregunta del millón: ¿qué gafas luce Jorge? Una gafa con un tipo de diseño denominado Browline, de pasta en la parte superior y metal en la inferior como el modelo de Kevin Costner en la película “J.F.K.”, que ya lucieron en su época su abuelo y su tatarabuelo. Y, precisamente, es la gente de la tercera edad los que más envidia, sana, le producen. Cuando Portela va por la calle, ve a jubilados que lucen modelos de hace 30 ó 40 años con un estilo que ya les gustaría a muchos hipsters. De hecho en su barrio, conoce a 3 vecinos de unos 80 años que llevan con orgullo Cartier, Maserati y Bugatti, gafas que en los años 80 costaban el equivalente a un sueldo normal de hoy en día.

   Definitivamente, GafaVintage es un viaje al pasado y como ellos mismos defienden: “Fuck the rappers & the celebrities. Retired rocks”, es decir, que les den a los raperos y a las celebrities, nuestros jubilados son los que rockean de verdad. Pues eso, ¡que viva el Rock!

PD: Si te han entrado unas ganas locas de comprarte unas gafas, podrás encontrar los productos de GafaVintage todos los meses en el Mercado de Motores; en la exposición permanente, instalada en la tienda Paez; y 2 veces al año (Navidad y antes del verano), en The Offline Store, un nuevo concepto de venta junto a marcas afines como Micuit, Fragile y Sockaholic. También puedes solicitar un “Tupper Glass” de GafaVintage: una tarde entre amigos y bebidas espirituosas para probar sus modelos distendidamente. 

                                                           (De Lidia Martín, el 26 de marzo de 2014)

Referencias útiles:
Puedes seguir los pasos (re)cretivos de GAFAViNTAGE, entra en su web-tienda online, su Tumblr, su Pinterest, su Facebook y su Twitter.

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